Literatura Latinoamericana es toda aquella literatura oral o escrita principalmente en español y en portugués, así como minoritariamente en lenguas indígenas de América, y derivaciones o cruces (chicana). Abarca todas las obras literarias de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, y Venezuela.
De esta manera, engloba toda la producción literaria de la América Latina, desde su nacimiento hasta hoy, tanto oral como escrita, y en todas las lenguas del territorio – principalmente el español, el portugués y el francés, pero también las lenguas indígenas, y las variantes creoles.
Así pues, la literatura latinoamericana no se define por su posición geográfica, ya que incluye gran multitud de países, además de autores emigrados fuera del marco territorial típico, ni tan solo por una lengua en común. Sus límites son más complejos de trazar, pero expertos como en La literatura latinoamericana como proceso (coord. Ana Pizarro) encuentran el eje central de este enorme corpus literario en el aspecto cultural.
En sus palabras, “lo que delimita el área comprensiva de una literatura latinoamericana es la existencia de significaciones culturales comunes”. Se puede decir que la literatura latinoamericana se define así por un imaginario o bagaje cultural colectivo que va más allá del de la literatura de cada país que conforma la América Latina.
Esta literatura, o literaturas, con frecuencia caracteriza la vida y costumbres de los pueblos iberoamericanos, dando importancia a los aspectos culturales y a cuestiones políticas y sociales de la región donde se desarrolla.
Evolución.
Período prehispanico
Antes de que los españoles llegaran a conquistar América, los indígenas no manejaban alfabetos fonéticos, sino que habían desarrollado un sistema de comunicación visual a través de glifos. La forma que ellos tenían para preservar su cultura era de manera oral, y una vez que llegaron los conquistadores al nuevo continente, los españoles fueron capaces de registrar de forma escrita lo que ellos observaron.
La literatura de los indígenas estaba vinculada a temas míticos relacionados con el amor, el origen del mundo y cuestiones divinas. Un ejemplo de esto es el Popol Vuh.
La Colonia
La etapa de la conquista, en el siglo xvi, fue caracterizada por ser una lucha constante entre las culturas indígenas y las españolas. La educación era restringida y altamente influenciada por la Iglesia católica, por lo que la literatura se vio limitada.5 De hecho, mediante dos órdenes reales 1531 y 1543, la Corona española prohibió la exportación de obras de ficción —en particular, los exitosos libros de caballería— hacia sus territorios americanos, permitiendo únicamente la circulación de obras religiosas. Sin embargo, estas medidas no lograron impedir la difusión de libros de ficción en las provincias americanas:
La legislación que prohibía los «libros profanos», que fue incorporada a los códigos y no se derogó, no pudo contener la avalancha de literatura popular que recorrió las colonias durante todo el periodo de la dominación española.Irving A. Leonard, Books of the Brave (Los libros del conquistador), 1949.
En aquella época, la literatura que prevaleció fue toda aquella relacionada con la conquista del «Nuevo Mundo», en la que los conquistadores narraban sus vivencias en América. Por ejemplo, a partir de 1522 se publicaron las Cartas de relación que Hernán Cortés dirigió al rey de España y en las que describió de forma detallada lo que estaba sucediendo con la entrada de los españoles a la Nueva España, así como los ritos y ceremonias de los indígenas.
Asimismo, Bernal Díaz del Castillo concluyó en 1568 la redacción de su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, publicada póstumamente en 1632.
Siglos XVII a XIX
El movimiento barroco surge a partir de la colonización. Con el paso de la conquista, el Barroco empezó a tomar lugar en muchas colonias del Nuevo Mundo. Hacía uso de recursos estilísticos y complicados juegos de palabras. En Iberoamérica, este movimiento se concentró en la literatura, lo que dio pie a una renovación de técnicas y estilos. Algunos de sus principales exponentes fueron Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Espinoza Medrano y Juan Ruiz de Alarcón.
El movimiento del Romanticismo surge en Europa, alcanzando su mayor esplendor en Francia a mitad del siglo xix. Se caracteriza por el predominio del sentimiento, la imaginación y la fantasía sobre la razón, oponiéndose a la rigidez del Neoclasicismo. Proclama la libertad de creación y el apego por lo popular. En el ámbito liberomericano, el Romanticismo tiene su punto de partida en Argentina, con Esteban Echeverría y su obra Elvira o la novia del Plata.
La literatura en el siglo xix se convirtió en una de las principales armas para construir y difundir las identidades liberomericanas. Con la llegada de las independencias se dio la necesidad de transmitir nuevos roles.
Siglo XX
Precursores del boom
En el siglo xx algunos escritores comenzaron a forjar la nueva literatura latinoamericana, que daría lugar al llamado boom iberoamericano:
- Cuba: Alejo Carpentier
- Guatemala: Miguel Ángel Asturias
- Argentina: Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato
- México: Juan Rulfo y Juan José Arreola
- Uruguay: Juan Carlos Onetti
- Venezuela: Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri
Boom iberoamericano
Se conoce como boom iberoamericano la explosión súbita de la actividad literaria que ocurrió entre los escritores iberoamericanos en los sesenta. Es mejor conocido por impulsar el reconocimiento del género del realismo mágico.
Origen
Surge entre 1960-1970 con novelas como Rayuela, de Julio Cortázar, La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa, Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes. Aunque la periodización es difícil de precisar, algunos autores coinciden en que la concesión del premio Biblioteca Breve de 1962 a La ciudad y los perros significó la consolidación del fenómeno. Sin embargo, otros descalifican esta noción por el cruce que significa en la renovación del género de ficción en el modernismo latinoamericano. El crítico literario Donald Shaw concluye que los años sesenta fueron indiscutiblemente la década central de la aparición del boom; sin embargo, insinuar que el fenómeno inicia en esa época resulta no solo innecesariamente restrictivo, sino que excluye obras literarias que encajan indudablemente (por definición) con las características narrativas e ignora el punto de cambio de ficción Española-americana moderna.
Contexto histórico
El fenómeno literario surge de la exploración de nuevas áreas de la realidad social. Los escritores del boom lograron conjuntar lo mejor de dos tradiciones distintas, mejorando su capacidad de adaptación. La combinación de los escritores logró que la literatura de América Latina, de ser una minoría, se convirtiese en una variedad poderosa capaz, no solo de multiplicarse con éxito, sino de influir decisivamente en otras literaturas.15
Características
Se menciona una lista sistemática de las características que comprenden las novelas pertenecientes al boom, entre las cuales destacan:
- La tendencia a reemplazar al narrador omnisciente en tercera persona por narradores múltiples o ambiguos
- La tendencia a subvertir el tiempo cronológico lineal
- Un mayor empleo de elementos simbólicos
- La tendencia a abandonar los escenarios realistas de la novela tradicional, reemplazándolos con espacios imaginarios
- La tendencia a subordinar la observación a la fantasía creadora y a la mitificación de la realidad
- La sustitución del principio causa-efecto por la narración fragmentaria y de la secuencia de la simultaneidad
- La desintegración del personaje y su frecuente reducción al status de un antihéroe o ser marginal
- La coexistencia ambigua y conflictiva del orden real con el sobrenatural (imaginación, fantasía, magia, mito)
- La activación del lector
- El texto concebido como laberinto, rompecabezas, misterio.
- La interpretación del lenguaje como ejercicio de la libertad lingüística por medio de la experimentación formal (neologismos, yuxtaposición del lenguaje coloquial y culto, anacronismos, juegos de palabras, sintaxis barroca, etcétera)
- El empleo de ideas inspiradas en el pensamiento moderno (psicoanálisis, existencialismo
Los elementos anteriores están asentados en la idea asumida de que los propios autores se cuestionaban la realidad y la verdadera tarea del escritor. Dentro de las características listadas anteriormente, destaca la importancia de tres elementos:
- El cambio de actitud hacia la realidad; entonces la imaginación creativa puede ser usada libremente.
- La desintegración de la personalidad humana hacia la ficción contemporánea
- La referencia a la vida del autor
Géneros literarios predominantes
Novela: Narración extensa en prosa que desarrolla de forma más completa la descripción de los personajes y los espacios geográficos de la narración. Obras destacadas: Cien años de soledad (Gabriel García Márquez), La ciudad y los perros (Mario Vargas Llosa), Pedro Páramo (Juan Rulfo).
Cuento: Narración breve que desarrolla de forma sintetizada una historia de ficción. Obras destacadas: Chac Mool (Carlos Fuentes), Un día de estos (Gabriel García Márquez), La autopista del sur (Julio Cortázar), El Aleph (Jorge Luis Borges).
El boom y el realismo mágico
El boom iberoamericano fue uno de los fenómenos que impulsaron la novela del realismo mágico. El término realismo mágico fue utilizado por primera vez en 1925 por el crítico de arte Alemán Franz Roh (1890 – 1965). El realismo mágico latinoamericano se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal o extraño, expresando emociones, no tratando de provocarlas.
El realismo mágico fue el género por excelencia de la literatura latinoamericana. Aunque existe literatura latinoamericana en todos los géneros y movimientos literarios, el realismo mágico, nacido a mediados del siglo XX, ha estado dominado y perfeccionado mayoritariamente por autores latinoamericanos.
Se considera que fue introducido en la América Latina por el venezolano Arturo Uslar Petri, y desarrollado por multitud de autores como Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera…), Carlos Fuentes (Aura), Juan Rulfo (Pedro Páramo), Isabel Allende (La casa de los espíritus), Demetrio Aguilera Malta (Siete lunas y siete serpientes), Elena Garro (Los recuerdos del porvenir), o Laura Esquivel (Como agua para chocolate), entre muchos otros.
Destacan las distintas nacionalidades de estos autores, lo que hace que el realismo mágico atraviese fronteras nacionales para establecerse como género típicamente latinoamericano. Este género se caracteriza por:
- Introducción de lo extraño, sobrenatural o fantástico en situaciones cotidianas y comunes, sin que esto sea percibido como extraordinario, sino como parte de la “normalidad”.
- “Narrador impasible”, es decir, que presenta los hechos mágicos e insólitos sin explicación y con un aire de normalidad.
- Influencia de elementos socioculturales propios.
- A menudo inversiones en el tiempo, o narraciones que no siguen un orden totalmente cronológico.
Los tres momentos del realismo mágico:
- Vanguardia europea, la primera vez que se utilizó el término realismo mágico.
- Hispanoamérica de los años cuarenta: cuando el término ya había caído en desuso en Europa y sólo fue acogido posteriormente por la crítica de arte estadounidense.
- XVI Congreso Internacional de Literatura Iberoamericana (1975). Este tercer momento comenzó con el artículo realizado por Ángel Flores en 1955, Magic Realism in Spanish American Fiction, publicado en la revista Hispania. Sin embargo, cobra mayor fuerza en los años sesenta, cuando la crítica buscaba las raíces hispanoamericanas de la novela del boom y trata de explicar el carácter experimental de estas últimas.
El realismo mágico iberoamericano no solo contaminó otras literaturas, sino que creó la sensación de que la literatura latinoamericana era una sola, siempre idéntica y siempre reconocible.
Post-boom
La literatura posterior al boom se caracteriza a veces por una tendencia hacia la ironía y el humor. El post-boom, o la época posmodernista de la literatura iberoamericana, logró su transición a raíz de autores como Manuel Puig, Severo Sarduy, David Viñas y Mario Benedetti. La narrativa del post-boom se identifica a nivel de contenido, con la inclusión de la cultura popular, es un regreso a la escritura de crítica o protesta social.
Características del post-boom:
- La sexualidad como tema privilegiado
- La espontaneidad
- La exuberancia vital: afirmación de la vida frente a sus limitaciones
- La cotidianidad
- Anti pretenciosa, sensible a lo banal
- Entrada en escena de muchas mujeres: Isabel Allende, Laura Esquivel, etc. (al contrario del boom, movimiento principalmente masculino)
- Rechazo de la retórica
- Compromiso, protesta, crítica social: impacto más directo en un público menos elitista
- Descubrimiento del mundo adolescente y de los jóvenes
- Incorporación de la expresividad poética como forma natural del decir
- Parodia de los géneros literarios y de los códigos oficiales del lenguaje
- Vuelta a un mayor realismo y accesibilidad, sin que eso signifique una vuelta al realismo tradicional, sino un retorno a la referencialidad
- Influencia de los medios masivos de comunicación (el cine, la TV, la música, etc.)
A finales del siglo XX, se da un movimiento que se despega del realismo mágico. Se caracteriza por describir escenarios realistas, prefiriendo ambientes urbanos con referencias a la cultura pop y a la vida cotidiana de la Iberoamérica de fines del siglo. Literatura sobre la identidad iberoamericana, individual, urbana, expresada a través de la influencia global de los mass media, de un lenguaje local y de una narrativa fragmentada, apoyandose en el abono de la cultura integral, el uso de la ironía, y el relato histórico. Se reniega de la mágica que simbolizan los autores del boom: Entre los autores están: Alberto Fuguet (Mala Onda), Edmundo Paz Soldán (Iris), Jorge Franco, Giannina Braschi (Yo-Yo Boing!), Sergio Gómez, Ignacio Padilla, Jorge Volpi, y Eloy Uroz. Sus obras tratan abiertamente temas considerados tabú en Iberoamérica: promiscuidad sexual de ambos géneros, homosexualidad, drogadicción y prostitución.
Siglo XXI
La hibridez y la ironía postmoderna, el sincretismo, la parodia, y un sentido de lo efímero son los rasgos definitorios de la literatura iberoamericana del siglo xxi. Algunos escritores destacables que publican en el siglo xxi son: Daniel Alarcón (El rey siempre está por encima del pueblo), Roberto Bolaño (Los detectives salvajes), Giannina Braschi (Estados Unidos de Banana), Carmen Boullosa (Mejor desaparece), Isabel Allende (El cuaderno de Maya), Elena Poniatowska (Leonora), y Diamela Eltit.
Narrativa
Características
- Descripción de la vida cotidiana de las personas de Latinoamérica.
- Representación de temas sociales y políticos.
- Historias estructuradas de una forma no lineal.
- Las historias se desarrollan en ambientes rurales y también urbanos, haciendo mucho énfasis en la historia política y social del país en dónde sucede todo. Considerado un símbolo de identidad nacional.
- Elementos sobrenaturales introducidos en la historia de una manera realista.
Técnicas
- Representar tiempos, personajes y lugares sin previo aviso.
- Cambios constantes en el tiempo, saltos en el tiempo de presente a pasado, presente al futuro, pasado a presente, futuro a presente...
- Usode técnicas introspectivas.
- Uso de narradores omniscientes, múltiples o simultáneos.
- Énfasis en el clímax de la historia.
Escritores destacados
Algunos de los principales escritores iberoamericanos a lo largo de la historia son:
- Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1678)
- Rubén Darío (1867-1916)
- Rómulo Gallegos (1884-1969)
- Gabriela Mistral (1889-1957)
- José María Vargas Vila (1860-1933)
- Alfonsina Storni (1892-1938)
- Pedro Henríquez Ureña (1884-1946)
- Alfonso Reyes (1889-1959)
- César Vallejo (1892-1938)
- Vicente Huidobro (1893-1948)
- Miguel Ángel Asturias (1899-1974)
- Jorge Luis Borges (1899-1986)
- Leopoldo Marechal (1900-1970)
- Pablo Neruda (1904-1973)
- Alejo Carpentier (1904-1980)
- Jorge Icaza (1906-1978)
- María Luisa Bombal (1910-1980)
- Ernesto Sabato (1911-2011)
- Nicanor Parra (1914-2018)
- José Lezama Lima (1919-1976)
- Julia de Burgos (1914-1953)
- Octavio Paz (1914-1998)
- Julio Cortázar (1914-1984)
- Juan Rulfo (1917-1986)
- José Donoso (1925-1996)
- Gabriel García Márquez (1927-2014)
- Carlos Fuentes (1928-2012)
- Elena Poniatowska (1932)
- Mario Vargas Llosa (1936)
- Mario Benedetti (1920-2009)
- Eduardo Galeano (1940-2015)
- Isabel Allende (1942)
- Giannina Braschi (1953-)
- Roberto Bolaño (1953-2003)
- Abilio Estévez (1954)
- Carmen Boullosa (1954)
Premios Nobel a literatos iberoamericanos
Hasta la fecha se ha concedido el premio Nobel de Literatura a los siguientes escritores iberoamericanos:
- 1945: Gabriela Mistral (Chile)- Primera mujer latinoamericana en ganar un premio Nobel de Literatura
- 1967: Miguel Ángel Asturias (Guatemala) - Premio Nobel otorgado por “sus logros literarios vivos, fuertemente arraigados en los rasgos nacionales y las tradiciones de los pueblos indígenas de América Latina”
- 1971: Pablo Neruda (Chile)- Entre sus obras más estudiadas por la crítica están “Residencia en la tierra” y “Canto General”
- 1982: Gabriel García Márquez (Colombia)- Premiado por “sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinan en un mundo ricamente compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un continente”.
- 1990: Octavio Paz (México)- Premiado por “una apasionada escritura con amplios horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integridad humanística”.
- 2010: Mario Vargas Llosa (Perú)- Reconocido por “su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión y la derrota”
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